He elegido este permiso ya que es relativamente nuevo y me pareció una gran iniciativa.
Desde agosto está en vigor el Real Decreto ley que regula un nuevo permiso de ocho semanas para padres y madres trabajadores con hijos menores de ocho años.
Los trabajadores tendrán derecho a pedir un permiso parental de un máximo de 8 semanas para el cuidado de un hijo, una hija o un menor acogido (por tiempo superior a un año), hasta el momento en que el menor cumpla 8 años.
El permiso parental se regula en el Real Decreto-ley 5/2023, de 28 de junio. Mediante esta norma se introduce un nuevo artículo 48 bis en el texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores que traspone la Directiva europea 2019/1158 del 20 de junio, (conciliación de la vida familiar y la vida profesional de los progenitores) que recoge el citado permiso parental.
Este permiso “constituye un derecho individual de las personas trabajadoras, hombres o mujeres, sin que pueda transferirse”, según señala la norma. Con esto se pone de manifiesto que el cuidado de los hijos no es una obligación asociada solo a la mujer, e impide la posibilidad de que la madre trabajadora asuma el tiempo de permiso que corresponde al otro progenitor y por consiguiente sus responsabilidades familiares.
Conciliar familia y profesión es una carga añadida que desde antaño arrastran las mamas trabajadoras. La desigualdad es tal que va mas allá de las diferencias de sueldos que puedan aun existir o las trabas al ascenso a puestos directivos o de responsabilidad. En ciertos sectores el contemplar los descansos necesarios tras la maternidad desincentivan la contratación femenina en edad de procrear o con cargas familiares. Existe aún el ideal de que el cuidado de los hijos o atender a sus compromisos médicos o escolares son “cosas de madres “, y si se da el caso de que sea imposible conciliar se presupone que debe de ser la madre quien debe de aparcar su carrera profesional bajo el temor de ser tachada de “mala madre “de no hacerlo.
En los últimosHe elegido este permiso ya que es relativamente nuevo y me pareció una gran iniciativa.
Desde agosto está en vigor el Real Decreto ley que regula un nuevo permiso de ocho semanas para padres y madres trabajadores con hijos menores de ocho años.
Los trabajadores tendrán derecho a pedir un permiso parental de un máximo de 8 semanas para el cuidado de un hijo, una hija o un menor acogido (por tiempo superior a un año), hasta el momento en que el menor cumpla 8 años.
El permiso parental se regula en el Real Decreto-ley 5/2023, de 28 de junio. Mediante esta norma se introduce un nuevo artículo 48 bis en el texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores que traspone la Directiva europea 2019/1158 del 20 de junio, (conciliación de la vida familiar y la vida profesional de los progenitores) que recoge el citado permiso parental.
Este permiso “constituye un derecho individual de las personas trabajadoras, hombres o mujeres, sin que pueda transferirse”, según señala la norma. Con esto se pone de manifiesto que el cuidado de los hijos no es una obligación asociada solo a la mujer, e impide la posibilidad de que la madre trabajadora asuma el tiempo de permiso que corresponde al otro progenitor y por consiguiente sus responsabilidades familiares.
Conciliar familia y profesión es una carga añadida que desde antaño arrastran las mamas trabajadoras. La desigualdad es tal que va mas allá de las diferencias de sueldos que puedan aun existir o las trabas al ascenso a puestos directivos o de responsabilidad. En ciertos sectores el contemplar los descansos necesarios tras la maternidad desincentivan la contratación femenina en edad de procrear o con cargas familiares. Existe aún el ideal de que el cuidado de los hijos o atender a sus compromisos médicos o escolares son “cosas de madres “, y si se da el caso de que sea imposible conciliar se presupone que debe de ser la madre quien debe de aparcar su carrera profesional bajo el temor de ser tachada de “mala madre “de no hacerlo.
En los últimos años y dada la masiva incorporación de la mujer en el mundo laboral y la imposibilidad de vivir con un solo sueldo, ciertos permisos y medidas impulsadas por los gobiernos han contribuido a reducir la desigual en el cuidado familiar entre el hombre y la mujer. El permiso parental de 8 semanas es un pasito más en la batalla por la igualdad laboral.
A nivel personal este permiso supone que tanto padres como madres puedan solicitar días libres con carácter retribuidos, aplicable como por ejemplo a estar más presentes en las actividades extraescolares de los hijos o eventos escolares que en su mayoría se realizan en horario laboral. Además, en muchas familias donde ambos padres trabajan, los abuelos sobrellevan la carga de la crianza de los hijos, y son ellos por cuestiones de horarios los que suelen acudir a este tipo de fiestas escolares. Esta medida ayuda también a contribuir a reducir este peso en los abuelos y que los padres puedan estar más presentes en la infancia más allá de las vacaciones.
Creo que es una gran medida, además de necesaria y como mujer trabajadora incentivo a los gobiernos a seguir trabajando en medidas que como esta ayuden a reducir la desigualdad laboral y al reparto de la carga familiar entre hombre y mujer. Además, el conseguir un ambiente equilibrado en esta materia ayudaría a combatir otro gran problema de la sociedad de nuestra época: la baja natalidad. Sin ciertas políticas que ayuden a facilitar la maternidad/ paternidad, el ratio de nacimientos por año no parara de disminuir. años y dada la masiva incorporación de la mujer en el mundo laboral y la imposibilidad de vivir con un solo sueldo, ciertos permisos y medidas impulsadas por los gobiernos han contribuido a reducir la desigual en el cuidado familiar entre el hombre y la mujer. El permiso parental de 8 semanas es un pasito más en la batalla por la igualdad laboral.
A nivel personal este permiso supone que tanto padres como madres puedan solicitar días libres con carácter retribuidos, aplicable como por ejemplo a estar más presentes en las actividades extraescolares de los hijos o eventos escolares que en su mayoría se realizan en horario laboral. Además, en muchas familias donde ambos padres trabajan, los abuelos sobrellevan la carga de la crianza de los hijos, y son ellos por cuestiones de horarios los que suelen acudir a este tipo de fiestas escolares. Esta medida ayuda también a contribuir a reducir este peso en los abuelos y que los padres puedan estar más presentes en la infancia más allá de las vacaciones.
Creo que es una gran medida, además de necesaria y como mujer trabajadora incentivo a los gobiernos a seguir trabajando en medidas que como esta ayuden a reducir la desigualdad laboral y al reparto de la carga familiar entre hombre y mujer. Además, el conseguir un ambiente equilibrado en esta materia ayudaría a combatir otro gran problema de la sociedad de nuestra época: la baja natalidad. Sin ciertas políticas que ayuden a facilitar la maternidad/ paternidad, el ratio de nacimientos por año no parara de disminuir.
